Arrogancia política

En las tinieblas, el águila brota
ante el clamor de gente insignificante,
las almas de terroríficos dictadores
renacen con intenciones semejantes.

En los sueños, ellos lloran,
la gente es feliz sin gobernantes,
pueblos llenos de pensadores
donde la cultura siempre es importante.

En la realidad, todo lo contrario,
ellos ríen, el pueblo llora de dolor,
claman dimisiones y libertad,
ellos, necios, permanecen sin pudor.

En la tempestad, se esconden sin dudarlo,
se pide la cabeza del malhechor,
atemorizado, huye de la ciudad;
el problema, poco a poco, va a peor.

Soledad

Me encuentro triste y cansado
en una habitación oscura,
todo el mundo me da de lado,
ya no pienso en mi amargura.

Y al despertar, todo sigue igual,
un sueño que va muriendo,
unos ojos que van viendo
lo que estuve evitando: mi final.

Nadie entiende mi tristeza,
nadie entiende mi dolor,
lo que pasa por mi cabeza
se diluye entre poemas de amor.

Me hundo en un mundo oscuro,
preso de mí y de esta ciudad,
¿qué más dará si perduro
así durante años de soledad?

¿Quién se dará cuenta
de que estoy ausente en este mundo?
¿acaso alguien intenta
que yo sea feliz, al menos, un segundo?

Se van acabando mis penas;
lo único que quedaba en mi pensamiento,
me voy con las manos llenas
de tristeza, desamor y sufrimiento.

No consigo encontrar un final,
no puedo seguir en un mundo sin ti,
me despido con un saludo cordial,
con la alegria que un día vivió en mí.

Imagina

Imagina un cuerpo
sometido a la locura;
imagina un fuego
que siempre perdura.

Imagina que tu vida
deja de tener sentido;
imagina una caricia
que no encuentra su destino.

Imagina una mirada
que observa tu corazón;
imagina una balada
que nunca se bailó.

Así me siento yo,
desolado y entristecido,
así se siente mi corazón,
por un amor no correspondido.

Soneto a la mujer

Amor de primavera,
fuente eterna de juventud,
artista de la espera;
es el secreto de tu virtud.

Presa de tu amor,
diosa del placer,
con tanto rencor
nada puedes creer.

Color de la ilusión;
un tulipán y una rosa
y obtengo tu corazón.

Hábil y peligrosa,
siempre tienes la razón,
al igual que una diosa.

Cada día

Cada día, me escondo entre la basura
para ver si así puedo reconocerme;
cada día, va aumentando mi locura
y me atemoriza el simple hecho de verme.

Cada día, lloro por esas personas
que saben que su vida está decidida;
cada día, sin quererlo, me abandonas,
cada vez que das tu vida por perdida.

Cada día, al mirarme en el espejo,
veo que mis miedos se acercan y grito;
cada día, me siento un poco más viejo,
y te susurro al oído lo que he escrito.

Cada día, con lágrimas en mis ojos,
te voy diciendo todo lo que te quiero;
cada día, en tus sábanas me alojo
y en la fría y cálida noche te espero.

Cada día, sueño con tu piel de sastre
y vuelo en un mundo de sueños prohibidos;
cada día, tú esperas a que me arrastre
a tus pies y que sea quien yo nunca he sido.

Cada día, pierdo el norte y gano el miedo
cuando tus sueños entran en mi cabeza;
tu locura aumenta al ver que no cedo.

Anoche

Anoche soñé que me moría,
que había llegado a mí el castigo de la vida,
que hasta el cielo subió mi alegría
en pequeños tarros, donde aún sigue perdida.

Anoche soñé que te decía
los versos más bonitos que yo había escrito,
tu alma, que hacia mí se dirigía,
iba por un mundo de sueños infinitos.

Anoche soñé que se perdía
lo poco de cordura que aún queda en mí,
que mi inspiración se iba y venía,
que mi corazón lloraba al estar sin ti.

Anoche soñé que revivía
esa parte de mí que un día quise olvidar,
y con indecisión escribía
historias tristes que me hicieron recordar.

Anoche soñé, mientras bebía,
todo lo que os he contado en este poema,
anoche mi luz no se encendía
y yo vagaba por ahí buscando problemas.

Alma descorazonada

Alma descorazonada
que canta una balada
entre sábanas heladas
de piel acomodada.

Ilusión deshabitada
se ha quedado enamorada
en esta mañana nublada
de luz apasionada.

Triste mañana encorvada,
que llora en el pudor
de la caricia de mi amada,
amargando mi dolor.

Luna acongojada,
acechando a mi ventana
de mi habitación iluminada,
esperando a la mañana.

Lágrima destrozada
cayendo por mi cara,
con la luz impregnada,
tan oscura y tan clara.

Vida de tristeza
que habita en mi lecho.
Busco tu belleza
y duermo entre tu pecho.

Amor abandonado
entre las capas de mi almohada,
triste y calmado,
lo busco como alma enamorada.